“Siempre imaginé que
el paraíso sería algún tipo de Biblioteca”. Así, el gran Jorge Luis Borges
condensa la esencia de estos espacios inabarcables de lecturas, búsquedas y
curiosidades. ¿Cómo entender a las Bibliotecas Populares sino como lugares
esperanzadores, enigmáticos y sublimes?
Hoy, 23 de
septiembre, tenemos un motivo para sumergirnos en este mundo. En 1990, se
estableció esta fecha como el Día de las Bibliotecas Populares en recuerdo de
la promulgación de la Ley 419, creada en 1870 e impulsada por Domingo F.
Sarmiento. En ese entonces, se fundó la Comisión Protectora de Bibliotecas
Populares con el objetivo de fomentar la creación y amparo de estas
instituciones educativo-culturales a lo largo de la República Argentina.
Casi 150 años
después, el valor de las Bibliotecas Populares sigue siendo inconmensurable. En
ellas habita la vocación solidaria, ya que estas asociaciones civiles autónomas
son generalmente creadas por iniciativa de vecinos de una localidad o barrio y
sostenidas por sus socios. Son espacios de puertas abiertas, por lo que no
imprimen restricciones culturales, sociales o intelectuales. Y por sobre todas
las cosas, son lugares excepcionales para el acceso y el disfrute de un acto
tan enriquecedor como lo es la lectura.
En nuestro país,
existen más de 2000 espacios de educación y recreación sociocultural. La
Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), dependiente de la
Secretaría de Cultura de la Nación, ofrece un directorio virtual en el cual consultar
la ubicación de todos los establecimientos del país. Si deseás averiguar qué
Biblioteca espera por vos, podés descubrirlo en este link.
Las Bibliotecas son
un bastión de fortaleza espiritual e intelectual para quienes estamos hechos de
historias y compartimos un legado común. Imaginar y explorar está al alcance de
nuestras manos. Sólo basta zambullirnos en estos espacios para apropiarnos de
los símbolos que ahí se esconden y que aguardan nuestra resignificación.
Por Ailin Lennard
No hay comentarios:
Publicar un comentario