martes, 20 de febrero de 2018

Un Jardín de Oportunidades



Inclusión es un término tan amplio como abstracto y subjetivo. De hecho, es una palabra en constante evolución y alcance. Adherimos a su acepción más amplia y empática: inclusión es dejar entrar, es reconocer y valorar las fortalezas y debilidades del otro y abrir espacios de diálogo para una convivencia respetuosa y plena de posibilidades. A partir de esa raíz buscamos expandir nuestras ramas y articular con organizaciones del territorio argentino que con acciones concretas busquen el bienestar de una comunidad con sed de oportunidades.

En ese camino, conocimos a la Fundación Jardín Florido en el marco de #UnDíaParaDar 2014. Nos familiarizamos con su larga trayectoria en Paraná, Provincia de Entre Ríos, como único espacio en su provincia y en la vecina Provincia de Santa Fé, para la atención integral de personas con discapacidad. Empezaron actividades en 1997 y en el 2001 obtuvieron la personería jurídica. Han recibido numerosas distinciones y premios que reflejan el esfuerzo permanente para mantener el hogar, sostener todas las actividades que hacen para las personas que asisten y recaudar fondos para su mantenimiento. Se nutren de la solidaridad y generosidad de voluntarios, vecinos, familiares de beneficiarios del hogar, comercios e instituciones públicas y privadas que se suman a la causa de la Fundación.

Así como los logros de Jardín Florido han sido enormes, sus retos y áreas de mejoras son amplios. Desde el 2014 buscamos el modo de colaborar con el hogar y las ediciones anuales de #UnDiaParaDar del 2015 y 2016 fueron la excusa perfecta para sumar nuestro granito de arena. En el 2017, vimos una magnífica oportunidad en la que Proyecto Pura Vida podía sumarse con una acción de mayor impacto y conseguir los recursos para adquirir equipamiento que permitiera mejoras en el servicio que brindan. Para lograrlo decidimos empezar, exactamente hace un año, una campaña solidaria y convocar a la comunidad a que participara. Los resultados fueron tan positivos que nos planteamos ampliar la misión y realizar mejoras edilicias de suma importancia para la institución. Lo hicimos y lo logramos.

Una vez más y después de 12 meses de trabajo, decimos Misión Cumplida! Nuestra intervención en la historia de la organización paranaense le ha sumado bienestar a la comunidad permitiendo que las actividades orientadas a personas con ceguera, parálisis cerebral, microcefalia, retraso mental, autismo o demencia sigan adelante.


Tenemos solo sentimientos de gratitud hacia el Hogar que nos abrió sus puerta así como hacia la comunidad y los medios de comunicación locales que se interesaron por las acciones que implementamos. Creamos vínculos que hoy son semilla para continuar apostándole a la solidaridad como columna vertebral para desarrollar futuros proyectos en la zona.


Por Martha Lucia Soto para Proyecto Pura Vida

lunes, 19 de febrero de 2018

El ABC del Reciclaje



De las miles de toneladas de basura que se generan en un día, se estima que más del 40% es material reciclabe y reutilizable. Sin embargo, el porcentaje de hogares que cuida y se concientiza sobre cómo manejar sus residuos es bajo. La falta de conocimiento sobre qué y cómo reciclar es lo que lleva a que el procedimiento no parezca tan sencillo.

Para comenzar de manera correcta, es necesario llevar a cabo la separación de residuos. Es muy útil tener uno o más cestos diferentes, en los cuales vayan los residuos inorgánicos, es decir,  aquellos que su origen no es natural. La correcta separación implica dividir estos residuos en diferentes bolsas o cestos de la siguiente manera: papel y cartón por un lado y vidrios, metales y plásticos, por otro, siempre recordando que deben estar limpios y secos. La división es importante, debido a que el proceso de reciclaje no es el mismo para todos.



Los desechos orgánicos, como hojas, cáscaras y residuos de la fabricación de alimentos también son reciclables, ya que pueden ser reutilizados para la fabricación de compostaje: un producto obtenido a partir de diferentes materiales de origen orgánico, que al acelerar su descomposición, puede ser utilizado como fertilizante. Puede ser una excelente idea para fertilizar tu propia huerta orgánica.

Por otro lado, están los desechos peligrosos: aquellos que constituyen un peligro potencial tanto para el medioambiente como para las personas, por ser altamente tóxicos. Por ejemplo, las pilas, los productos de limpieza o las medicinas necesitan ser depositados en basurales específicos para que no contaminen todo su alrededor. Una simple pila, por su contenido en mercurio, puede llegar a contaminar hasta 600 mil litros de agua.

Una de las dudas más comunes es qué hacer con estos residuos, y la solución es localizar un punto limpio en tu ciudad para llevar esta clase de desechos. También son lugares de acopio de aceite de auto, de cocina o aparatos electrónicos que ya no utilices. Si el punto limpio no quedara cerca de tu hogar, una alternativa es juntar los desechos en un tercer cesto y luego llevarlo todo junto.


Los contenedores para el reciclaje suelen ser de color verde y cada vez más lugares poseen uno. Sin embargo, ya existen más colores para separar los residuos:  los contenedores verdes, para materiales hechos con vidrio; los contenedores azules para el papel y el cartón; y los contenedores amarillos, para envases metálicos, de plástico y bolsas y envoltorios de plástico y aluminio.

La separación de residuos y los cestos verdes están cada vez más presentes. Lo que hoy parece un proceso tedioso es lo que mañana será la costumbre más ecológica que tengamos. El futuro es reciclar.


Por Nati Stanchi para Proyecto Pura Vida 

martes, 6 de febrero de 2018

Parto Respetado: Que lo esencial no sea invisible a los ojos

PARA CAMBIAR EL MUNDO 
HAY QUE CAMBIAR LA MANERA DE NACER
Michel M. Odent, obstetra.



Hace poco conversé con un conocido acerca de la violencia obstétrica. Me sorprendió lo poco que sabía del tema, y la falta de conocimiento acerca de las leyes que defienden sus derechos, los de todas las mujeres gestantes y los del bebé. Por eso, quiero contarte un poco sobre este tópico, para que empecemos a hablar de este tema, para que desnaturalicemos esas situaciones que son “normales” pero violatorias de los derechos humanos. Hoy, hablemos de violencia obstétrica.

Hablar de violencia obstétrica nos empodera, nos visibiliza, nos hace mejores como sociedad, ¿por qué? Porque cuidamos ese momento en el que llegamos a este mundo, reconociendo los derechos de la madre como mujer y sujeto de derechos, y del recién nacido.

Pero, ¿qué es la violencia obstétrica? Esta violencia afecta a la mujer y a su bebé durante el embarazo, el parto y el postparto. Se manifiesta mediante prácticas, conductas, acciones y omisiones, que el personal de salud ejerce de manera directa e indirecta, en el ámbito público y privado, sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres.

Para evitarla, prevenirla y erradicarla, hay leyes que nos protegen. La ley de Parto Respetado y la ley 25.929 de Protección Integral para la erradicación de la violencia contra las mujeres, tienen un fuerte foco sobre el tema que nos interesa hoy.

Hablar de Violencia Obstétrica es reconocer diversas situaciones de humillación, violencia y degradación que podemos sufrir las mujeres al momento de realizar una consulta o parir (o en el post-parto) y reclamar derechos que son contemplados tanto en las leyes nacionales como en los tratados y convenciones internacionales, incluyendo recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

La Ley 25.929 de Parto Humanizado promueve y defiende los derechos de la madre y su bebé durante el proceso del nacimiento. Esta ley y su decreto reglamentario N° 2035/2015 garantiza un espacio familiar donde madres, padres y bebés sean los protagonistas y el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible, a razón de las necesidades y deseos de cada familia.


Este tipo de violencia se puede dar en distintos espacios, como en la sala de parto, durante la consulta, en la recepción, en la sala de espera; y tiene diferentes formas: el trato humillante, el abuso de medicalización, la patologización, el abandono de persona y hasta la violencia física. Puesto así, parece algo irrisorio, “nadie trataría mal a una embarazada”, pensamos. Pero, ¿cuántas veces escuchaste que las dejan solas en un pasillo durante una o más horas? Eso es abandono de persona. Seguramente, habrás escuchado o vivido el famoso “suerito”, un goteo que te colocan sin explicarte qué es; ahí hablamos de medicalización. La idea de vivir un embarazo desde el lugar de paciente, donde no hay respeto por la identidad de esa madre, ahí se visualiza la patologización innecesaria. El trato humillante es lo más sutil, pero lo más fuerte son frases como “no grites que no es para tanto”, “o yo te mando a cesarea porque sos una pesada”, son recurrentes (por no mencionar otras más subiditas de tono). Y en cuanto a la violencia física… sí, ocurre, muchas veces las mujeres somos atadas.

Seguro pensás que esto puede no ocurrirte a vos, y que hasta es una locura que ocurra, pero pasa. Es real. La violencia obstétrica existe y es la primera que recibimos al nacer. En un mundo donde trabajamos por la paz, nos reciben con una guerra. Somos mal-venidos.
Para cambiar esto, para combatir y erradicar la violencia obstétrica, tenemos que tener herramientas. Las leyes están, sólo falta que vos las conozcas y hagas valer tus derechos.

Toda mujer embarazada, tiene derecho a:
  • Ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar durante el parto y postparto.
  • Participar activamente de las decisiones que se tomen.
  • Ser considerada persona sana y protagonista de su parto.
  • Un parto respetuoso de los tiempos biológicos y psicológicos, evitando prácticas invasivas y suministro injustificado de medicación.
  • Ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de salud de su bebé.
  • No ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, sin su consentimiento.
  • Ser acompañada por una persona de su confianza durante el trabajo de parto, parto y postparto.
  • Tener a su lado a su bebé, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.

La Organización Mundial de la Salud, recomienda: 
  • Permitir que las mujeres tomen decisiones acerca de su cuidado.  Acompañamiento continuo durante el trabajo de parto y parto.
  • Libertad de movimiento y posición durante el trabajo de parto y parto. 
  • No hacer episiotomía de rutina.
  • No hacer rasurado y enema de rutina. 
  • No hacer monitoreo fetal electrónico de rutina.
  • Permitir toma de líquidos y alimentos en el trabajo de parto. 
  • Restringir el uso de oxitocina, analgesia y anestesia. 
  • Limitar la tasa de cesárea al 10-15%. 
Son muchos los blogs y los sitios en internet en los que podés encontrar más info. Por cualquier consulta podés contactarte con:


Por Noyu Vega @nOyuVega para Proyecto Pura Vida