jueves, 21 de febrero de 2019

Mitos y Verdades: Donación de Sangre



La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) son organismos internacionales que analizan y estudian con lupa las necesidades y características de la donación de sangre a nivel mundial y regional.
En un artículo del Junio del 2018, los organismos llaman “a aumentar el número de donantes de sangre para poder alcanzar la autosuficiencia y garantizar que el acceso a la sangre para transfusiones sea universal. Hoy, menos del 50% de las donaciones se hacen en forma altruista en América Latina y Caribe. En Argentina, en tanto, se necesitan 5.000 donaciones por día”. Es decir, vamos bien pero podemos y debemos estar mucho mejor en cuanto a la cantidad de donantes. Nos sumamos a esa cruzada derribando mitos y acercando verdades sobre la donación de sangre.

Mito: No hace falta donar sangre regularmente porque hay varias maneras de obtenerla.
VERDAD: La sangre es un tejido que no se puede fabricar artificialmente así que la única manera de obtenerla es a través de la decisión voluntaria de donantes. La vida de muchas personas depende de la donación de sangre y como la sangre donada debe ser estudiada y procesada para su utilización, no es posible contar con ella de forma inmediata ante una emergencia. Por eso es fundamental la donación habitual, regular y constante. Los varones pueden donar sangre cada 3 meses y las mujeres cada 4 meses.
La sangre es indispensable para tratar pacientes con enfermedades relacionadas con la anemia,  también es necesaria para tratamientos de diferentes tipos de cáncer y es de vital importancia en casos de intervenciones quirúrgicas, accidentes, hemorragias y quemaduras. Todos esos escenarios en los que se precisa sangre, se viven día a día a lo largo y ancho de Argentina, de ahí la importancia de las donaciones constantes y regulares.
Cada persona que toma la decisión de donar sangre salva la vida de, por lo menos, 3 personas, por eso se le considera un acto altruista y solidario de gran valor.

Mito: El proceso de donación de sangre es largo, tedioso, inseguro y doloroso.

VERDAD: El proceso de extracción de sangre dura como máximo 10 minutos, es un pinchazo que no causa dolor, se realiza con material descartable y se extraen alrededor de 450 ml (una unidad). Siempre debemos acercarnos a donar con el DNI e informarnos previamente sobre el horario de atención del centro de donación. Cómo ubicar un centro de donación en el territorio argentino? Haciendo click en este link están todos los centros de recepción de donación de sangre en el país.
A toda la sangre que se extrae se le practican estudios de laboratorio, en Argentina es obligatorio hacer análisis de sífilis, chagas, brucelosis, hepatitis B y C, HIV/SIDA y HTLV I y II, y obvio, la clasificación de grupo y factor sanguíneo y anticuerpos. Por esta razón, las personas que donan sangre regularmente tienen un control permanente de su salud.
Se hace poco hincapié en que la donación de sangre oxigena los tejidos del cuerpo, lo cual es muy saludable para el organismo. El día de la donación hay que sentirse bien, sin fiebre, sin tos, ni resfrío, es clave haber dormido como mínimo 6 horas, haber comido bien y no haber ingerido bebidas alcohólicas.

Mito: Tengo tatuajes y piercings por eso no puedo donar sangre
VERDAD: Pasados los 12 meses de haberse hecho un tatuaje o un piercing la persona queda 100% habilitada para donar de sangre. Todas las personas entre 18 y 65 años y que pesen más de 50 kilos pueden ser donantes sangre. En todos los casos siempre es clave contar con buena salud general y acercarse al centro de donación habiendo desayunado bien, nunca en ayunas. Si surgen preguntas en cuanto al proceso, el personal en cada centro de recepción de donaciones de sangre, está en el deber de evacuar dudas. Acercarse sin timidez y hacer todas las preguntas pertinentes es muy importante, porque salvar vidas es todo lo que está bien. 



miércoles, 13 de febrero de 2019

Consumir Responsablemente Es La Solución


Día Mundial de la Energía


Una de las grandes fuentes de contaminación ambiental está relacionada con la generación de energía mediante el uso de fuentes no renovables, como gas, carbón y petróleo.  El 14 de febrero se celebra el Día Mundial de la Energía, con el fin de concientizar acerca de la importancia que tiene el consumo responsable e informar sobre la existencia de diferentes tipos de energías.

Una fuente de energía limpia e inagotable es mejor conocida como “renovable”. Su ventaja principal impacta directamente en el cuidado del medioambiente: este tipo de energías no produce gases de efecto invernadero, y éstos, son los causantes del cambio climático. El frío en el verano, el calor en el invierno o los cambios bruscos de estaciones, son consecuencia de estos gases que producen las energías que utilizamos.

Dentro de las fuentes renovables más conocidas se encuentran la energía solar, la eólica y el biogás. A la vez, este tipo de fuentes son más potenciales a poder utilizarse en un hogar. La energía solar es la que, mediante conversión a calor o electricidad, se aprovecha de la radiación proveniente del sol, como los paneles solares. La eólica hace referencia a las tecnologías que aprovechan el viento, como un molino por ejemplo. El biogas, se forma a partir de la descomposción de materia orgánica, y se puede generar combustible o electricidad.

Surge el interrogante de ¿Por qué seguimos utilizando fuentes no renovables en casi la totalidad de nuestro consumo diario?  En primer lugar, el costo sigue siendo menor y son mucho más accesibles. En segundo lugar, todavía no existe la forma de conservar energía renovable para utilizarla en otro momento. Si el sol no sale, nuestros paneles solares no funcionarían.

Sin embargo, científicos e ingenieros trabajan para lograr que se genere un mayor aprovechamiento de las energías renovables, y avanzan cada año para poder generar mayor accesibilidad a ellas. Además, si bien el precio de compra e instalación es mayor, posteriormente el coste es casi nulo.

Los humanos estamos acostumbrados a utilizar de manera indiscriminada fuentes de energía que no sólo no son inagotables, sino que además impactan de manera negativa en el medioambiente. Parece difícil imaginar nuestros hogares adaptados a este tipo de tecnologías, aunque no caben dudas que será el futuro. Mientras tanto, nuestra responsabilidad será cuidar de la mejor manera posible el uso de las fuentes de energía que tenemos: 
  • Los aires acondicionados a temperaturas promedio (24°)
  • Apagar las luces que no se utilizan 
  • No dejar dispositivos enchufados más de lo debido
  • Utilizar lámparas led en preferencia de las comunes. 

El cuidado del gas y la utilización del agua también forman parte del consumo consciente que se requiere.

El cuidado responsable de la energía permitirá disminuir ese impacto negativo, abaratar los costos de luz, gas y agua que abonamos, y adquirir el hábito de realizar un consumo responsable en nuestra vida cotidiana. En un futuro, si este cambio de hábitos es potenciado junto al uso de energías renovables, será posible la idea de pensar un consumo energético que sea inofensivo para el planeta.