lunes, 28 de septiembre de 2020

Trastorno Bipolar: Conocer para ser Empáticos

#Inclusión

La estigmatización asociada a la salud implica la estereotipación sobre un grupo de personas que atraviesan una determinada enfermedad. Esta categorización negativa suele ir de la mano de desinformación, que lleva a generar preconceptos y prejuicios en lugar de producir sentimientos relacionados a la empatía. Aquellos que conviven con enfermedades mentales crónicas son muy vulnerables a la discriminación. El trastorno bipolar forma parte de este grupo de patologías y son un claro ejemplo de cómo los estereotipos negativos inciden en la calidad de vida de los afectados.

Desde Pura Vida ONG nos contactamos con Carlos Vinacour, Psiquiatra y Presidente de la Fundación Bipolares Argentina (FUBIPA) para que nos informe acerca de las características principales de la enfermedad. Esto nos respondió:

 ¿Qué es el trastorno bipolar?

El trastorno bipolar es clásicamente descripto como una enfermedad del ánimo, donde hay fluctuaciones entre períodos de depresión (con angustia, falta de apetito, pensamientos de muerte e imposibilidad de dormir) y ciclos de euforia y manía, donde las personas son muy verborrágicas, se sienten con mucha vitalidad y tienen conductas desinhibidas o de mucho riesgo, sin sensación de peligro. Esa es la descripción clásica llamada enfermedad maníaco-depresiva y es la menos frecuente. La enfermedad bipolar es un poco más compleja. Algunos investigadores sostienen que se manifiesta de 34 formas distintas, por lo que prefieren hablar de espectro bipolar. Los cuadros mixtos son los casos más frecuentes, donde la persona sufre a la vez de depresión y de euforia. Estas situaciones suelen desconcertar mucho.

¿Cuáles son las causas de la enfermedad?

El trastorno bipolar es multicausal. Hay muchos factores que convergen para que una persona la contraiga. Es una enfermedad hereditaria, genética y que responde mucho al estrés. Pero además, las últimas investigaciones dan cuenta de una hipótesis bastante sólida. Los pacientes suelen tener comorbilidades médicas: diabetes, hipertensión, cáncer… Todas esas patologías son de carácter inflamatorio. Parece que el trastorno bipolar tiene que ver con ciertas enfermedades inflamatorias que atacan todo el cuerpo, pero actúa con mayor claridad en el cerebro. Normalmente empieza entre los 20 y 30 años. Las personas que llegan a consulta han estado de 6 a 8 años con diagnósticos diferentes y tratamientos inadecuados que pueden empeorar el cuadro, ya que usan fármacos que son para otro tipo de cosas como la esquizofrenia o la depresión.

¿Cómo afecta el trastorno bipolar a la vida laboral de las personas?

Es la sexta causa de discapacidad en el mundo Si una persona está con fluctuaciones anímicas que se producen en el mismo día o cada tres días lo imposibilita de poder trabajar. Los pacientes que tienen ciclados rápidos o ultrarrápidos van dañando su cerebro a medida que van ciclando. También sufren alteraciones cognitivas, en la memoria, en la concentración y en la organización de su vida… Eso las incapacita para poder conseguir un trabajo. En nuestra fundación hemos hecho una investigación hace ya unos años. Cerca del 35% de las personas que van a nuestra institución son desocupados. De los que tienen trabajo la gran mayoría se desempeña en empresas pequeñas o familiares. Esa es una parte de la población. A la otra se los agarra a tiempo y con la medicación adecuada logran frenar los ciclados y tener una vida normal.

¿En qué sentido el trastorno bipolar es estigmatizante?

Hoy una manera de denostar a alguien es decirle “vos sos un bipolar”. En general, por desinformación hacia la enfermedad se toma a las personas con bipolaridad como agresivas, que pueden dañar, antipáticas… Entonces se suele estigmatizarlas y verlas como conflictivas. Esto hace que las personas terminen aislándose, sintiendo vergüenza. Se autoestigmatizan ellos mismos. Entran en un período en donde no quieren darse con la sociedad, empiezan a alejarse de los amigos y en los empleos no los toman. El tema de la autoestigmatización es serio porque pone más lábiles a los pacientes frente a la enfermedad.

En una próxima instancia el Doctor Vinacour nos explicará cómo funciona FUBIPA en su labor de ayuda en la contención y rehabilitación de las personas que son diagnosticadas con trastorno bipolar.


Por Alfredo Recalde para Pura Vida ONG.

lunes, 7 de septiembre de 2020

Huertas Comunitarias: unión entre naturaleza y comunidad

#PuraVidaVerde 


En un contexto en que la mente del ser humano comienza a trascender y a darse cuenta de que el consumo ultra procesado no es lo mejor ni para la salud ni para la naturaleza, resurgen costumbres que se realizan desde hace mucho tiempo, pero que, en la actualidad, se llevan a la práctica como una decisión no sólo de abastecerse a uno mismo, sino también con el objetivo de preservar y recuperar la salud del medio ambiente.

Continuando con la información que te venimos brindando acerca de los pasos fundamentales para plantar una huerta en casa, hoy queremos contarte sobre las huertas comunitarias, una buena alternativa para cultivar igual en el caso de no contar con el espacio suficiente para cuidar la plantación en casa.

Las huertas comunitarias tienen su origen en las ciudades industriales del siglo XIX, cuando los gobiernos y la Iglesia proporcionaban terrenos a algunos sectores de la comunidad para que pudieran generar sus propios alimentos y alivianar las tensiones del hacinamiento causadas por el proceso industrial. Esta actividad mejoraba la moral de los trabajadores y otorgaba una capacidad de independencia en las personas. De esta manera, la agricultura orgánica se fue incorporando en las comunidades, como iniciativa de proyectos municipales y barriales, con talleres de huerta gratuitos y abiertos a los vecinos.

Actualmente, muchas personas concuerdan con la idea de que a través de estas huertas compartidas se logra un sentimiento de compañerismo, de responsabilidad y de sentirse en comunidad, ya que funciona como lugar de encuentro y de trabajo en equipo. Además, fomenta la educación ambiental y la calidad de vida de las personas por el acceso a alimentos frescos y ecológicos.

Por eso, hoy te traemos un listado de huertas comunitarias en la Ciudad de Buenos Aires -CABA- que los propios vecinos se encargan de llevar a cabo. ¡Si vivís cerca de alguna de ellas, podes acercarte y comenzar a vivir una experiencia sustentable!

  • Huerta Comunitaria Plaza “AVEFA”: Av. Independencia 4264, CABA.
  • Huerta Comunitaria del Corralón de Floresta: Sanabria 701-799, CABA.
  • Huerta Orgánica Comunitaria: Av. Juan de Garay 2206, CABA.
  • Huerta comunitaria “Sembrando Soberanía”: Piñeyro, Provincia de Buenos Aires. 
  • Huertas Orgánicas Urbanas: Zabala 3062, CABA.
  • Huerta Comunitaria Cildañez: Dellepiane Nte. 4415, CABA.
  • El Brote Urbano: Av. Córdoba 4706, CABA.
  • Huerta Vecinal Villa Pueyrredón: Curupaytí 3001-3049, Buenos Aires.
  • Huerta “El Jardín del Elefante”: Av. Piedra Buena y Doctor José Ignacio de la Rosa, Buenos Aires.
  • Huerta Comunitaria “La Terraza de Apu”: República Árabe de Siria 75. Lomaz de Zamora, Gran Buenos Aires.

La agricultura familiar no solo es un paso hacia una alimentación más sana y consciente, si no también, una celebración de la unión y la interdependencia entre la tierra y la humanidad.

“Si realmente amas la naturaleza, encontrarás su belleza en todas partes” Vicent Van Gogh. 


Por Carolina Nolli para Pura Vida ONG

Repensar nuestro impacto

 #PuraVidaVerde


Reducir, reutilizar, reciclar. Ante la creciente preocupación por el problema de los plásticos de un solo uso, la conocida regla de las tres R adquiere en nuestro tiempo aún más importancia.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, en todo el mundo se compran casi un millón de botellas plásticas por minuto. Además, se utilizan 500.000 millones de bolsas de este material al año. En Argentina, un gran porcentaje de los residuos generados corresponde a envases y productos plásticos y apenas un 30% se recicla.

Y si bien es cierto que el principal desafío para lograr una fuerte reducción en la producción y el uso de plásticos de un solo uso radica en la búsqueda de acuerdos globales y políticas aplicadas, la problemática alienta también otros niveles de acción: motivados por una creciente conciencia ambiental y el interés por ser parte de la solución, individuos, organizaciones no gubernamentales y emprendimientos buscan reducir su impacto a través de maneras alternativas de consumir y disponer los residuos. 


¿Qué tal si, además de ayudar a impedir que más plástico terminase en lugares no deseados, se contribuyera también a la fabricación de mobiliario que pudiera luego donarse?
Ese es, precisamente, el objetivo de la ONG Botella de Amor, que promueve el acopio de plásticos de un solo uso en botellas, para luego convertirlas en madera plástica con la cual se pueden fabricar macetas, bancos, mesas y sillas. Es muy sencillo y todos podemos aportar: para comenzar, solamente se necesita un envase donde colocar todos los plásticos, siempre limpios y secos, de manera compacta. Podemos depositar bolsas, envoltorios, cubiertos descartables y potes, por ejemplo. Es importante que el contenido esté bien comprimido (podemos ayudarnos con algún elemento alargado para empujar el relleno) y no incluir otros materiales como goma, papel, metales, pilas o desechos orgánicos. Pueden encontrar más información acerca de esta iniciativa en los perfiles de la organización.


Pero como reza un viejo dicho, el mejor residuo es aquel que no se genera. Con esa premisa, recientemente abrió sus puertas Cero Market. Ubicado en el barrio porteño de Belgrano, es el primer supermercado libre de envases en Argentina. Su concepto es novedoso en el país, pero a la vez muy simple: podemos ir con nuestros propios envases, pesarlos, elegir los productos y pesar todo nuevamente para descontar el valor del envase. No se requieren cantidades mínimas de compra, por lo que se optimiza el consumo y se evitan los desperdicios. En caso de olvidar o no tener un recipiente propio, la tienda ofrece también muchas opciones de frascos que podrán ser reutilizados en futuras compras.

Quienes estén interesados en aprender más acerca del tratamiento de plásticos y otros materiales, cómo optimizar el proceso y adónde llevar aquellos residuos que siempre generan dudas, pueden consultar el sitio de DondeReciclo.org, una plataforma colaborativa y comunidad de reciclaje en línea que releva información aportada por los usuarios para luego publicarla y promover una gestión integral de los residuos.

Y vos… ¿ya pensaste cómo vas a reducir tu impacto hoy?


Por Agustin Migunes para Pura Vida ONG

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Manos a la Huerta: ¡Abona y Triunfarás! (parte 3)

#PuraVidaVerde


El suelo, o sustrato, es el elemento estrella de nuestra huerta, ya que las plantas se alimentan de nutrientes minerales que hay en la tierra, por lo que cuanto mejor sea el suelo, mejor alimentadas van a estar nuestras plantas y van a producir mucho más. En las ciudades, los suelos suelen estar deteriorados por efecto de la contaminación y contacto con distintos materiales (inorgánicos) que le quitan sus nutrientes. Por eso, para mejorar el suelo de nuestra huerta tenemos a disposición diversas técnicas agroecológicas que permiten enriquecer la tierra.

El abono es la transformación de los restos orgánicos en tierra negra y esponjosa que será el alimento para las plantas. Un buen abono puede ser creado por nosotros mismos, con residuos orgánicos tales como cáscaras de huevo, restos de frutas y verduras, cenizas de madera, etc. Una buena técnica es echarlos en la tierra y luego regar la zona para lograr una buena humedad en el suelo. También, se puede hacer compost.



El compost es un abono 100% natural muy rico en nutrientes obtenido por un proceso biológico que realizan microorganismos aeróbicos (es decir que necesitan la presencia de oxígeno para vivir), bajo condiciones de humedad, temperatura y aireación controladas de transformación de nuestros residuos orgánicos. En nuestras casas puede realizarse composteras con los materiales que tengamos a disposición, desde listones de madera, tallos de pintura, que funcionen como contenedores donde se verterán los residuos orgánicos, mezclados con tierra y lombrices. Además de enriquecer nuestro suelo contribuye a reducir nuestra basura diaria.

Lo más importante es la correcta selección de los materiales para descomponer (tipo: líquidos, secos y cantidad). Cuando el compost está en su etapa de maduración, la incorporación de lombrices rojas californianas permite la conversión de ese abono en lombricompuesto, o humus de lombriz, un sustrato con mayores propiedades nutritivas. 

Otra técnica para enriquecer el suelo es la organoponia, que permite crear un suelo fértil mediante el agregado de abonos orgánicos.  Al igual que para la compostera, la organoponia pueden realizarse en canteros con diversos materiales como maderas, piedras, ladrillos o bloques de concreto o utilizarse macetas, envases, bateas, tarimas, bolsas y caños. Para utilizar esta técnica en nuestra huerta, es fundamental la utilización de un buen sustrato y planificar el cultivo de nuestras especies. Un buen sustrato aportará nutrientes a las plantas, retendrá las cantidades necesarias de agua y drenará el exceso de humedad. La receta del INTA para lograrlo es: Mezclar 1 parte de tierra negra, 3 partes de abono orgánico maduro, 1 parte de arena gruesa, viruta o cascarilla de arroz.

Ambos compuestos pueden mezclarse con la tierra fértil de nuestra huerta. También pueden ser incluidos luego para ayudar a su crecimiento. Así, nuestro suelo se enriquecerá de nutrientes y nuestras plantas estarán listas para dar frutos.


Click acá para Manos a la Huerta Parte 1

Click acá para Manos ala Huerta Parte 2


Por Paula Lucero para Pura Vida ONG