miércoles, 2 de septiembre de 2020

Manos a la Huerta: ¡Abona y Triunfarás! (parte 3)

#PuraVidaVerde


El suelo, o sustrato, es el elemento estrella de nuestra huerta, ya que las plantas se alimentan de nutrientes minerales que hay en la tierra, por lo que cuanto mejor sea el suelo, mejor alimentadas van a estar nuestras plantas y van a producir mucho más. En las ciudades, los suelos suelen estar deteriorados por efecto de la contaminación y contacto con distintos materiales (inorgánicos) que le quitan sus nutrientes. Por eso, para mejorar el suelo de nuestra huerta tenemos a disposición diversas técnicas agroecológicas que permiten enriquecer la tierra.

El abono es la transformación de los restos orgánicos en tierra negra y esponjosa que será el alimento para las plantas. Un buen abono puede ser creado por nosotros mismos, con residuos orgánicos tales como cáscaras de huevo, restos de frutas y verduras, cenizas de madera, etc. Una buena técnica es echarlos en la tierra y luego regar la zona para lograr una buena humedad en el suelo. También, se puede hacer compost.



El compost es un abono 100% natural muy rico en nutrientes obtenido por un proceso biológico que realizan microorganismos aeróbicos (es decir que necesitan la presencia de oxígeno para vivir), bajo condiciones de humedad, temperatura y aireación controladas de transformación de nuestros residuos orgánicos. En nuestras casas puede realizarse composteras con los materiales que tengamos a disposición, desde listones de madera, tallos de pintura, que funcionen como contenedores donde se verterán los residuos orgánicos, mezclados con tierra y lombrices. Además de enriquecer nuestro suelo contribuye a reducir nuestra basura diaria.

Lo más importante es la correcta selección de los materiales para descomponer (tipo: líquidos, secos y cantidad). Cuando el compost está en su etapa de maduración, la incorporación de lombrices rojas californianas permite la conversión de ese abono en lombricompuesto, o humus de lombriz, un sustrato con mayores propiedades nutritivas. 

Otra técnica para enriquecer el suelo es la organoponia, que permite crear un suelo fértil mediante el agregado de abonos orgánicos.  Al igual que para la compostera, la organoponia pueden realizarse en canteros con diversos materiales como maderas, piedras, ladrillos o bloques de concreto o utilizarse macetas, envases, bateas, tarimas, bolsas y caños. Para utilizar esta técnica en nuestra huerta, es fundamental la utilización de un buen sustrato y planificar el cultivo de nuestras especies. Un buen sustrato aportará nutrientes a las plantas, retendrá las cantidades necesarias de agua y drenará el exceso de humedad. La receta del INTA para lograrlo es: Mezclar 1 parte de tierra negra, 3 partes de abono orgánico maduro, 1 parte de arena gruesa, viruta o cascarilla de arroz.

Ambos compuestos pueden mezclarse con la tierra fértil de nuestra huerta. También pueden ser incluidos luego para ayudar a su crecimiento. Así, nuestro suelo se enriquecerá de nutrientes y nuestras plantas estarán listas para dar frutos.


Click acá para Manos a la Huerta Parte 1

Click acá para Manos ala Huerta Parte 2


Por Paula Lucero para Pura Vida ONG


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