Manos a la Huerta: 3 Primeros Pasos para Armar tu Huerta en Casa (parte 1)

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Tener una huerta es una maravillosa forma de acercarnos a la tierra y tener una alimentación natural con nuestros propios cultivos. Todos podemos tener una huerta en casa. Un pequeño jardín, balcón o terraza son espacios suficientes. Con mucha paciencia y siguiendo estos simples pasos podemos conseguir nuestra propia huerta en casa.

Paso 1: Planificación

El paso principal para empezar tu huerta es analizar cuál es el lugar más adecuado. El sol es tu primer aliado para lograr un cultivo exitoso. Para eso deberás observar en tu jardín, terraza o balcón que sitio recibe mayor cantidad de horas de sol al día.

El sol va a condicionar dónde, cuándo y qué vamos a cultivar. Las hortalizas y cultivos frutales (tomate, zapallos) requieren mucho sol, mientras que los de hoja (espinaca, lechuza, perejil) no necesitan recibir sol directo.

Luego, deberás tener en cuenta la disponibilidad de terreno para analizar las dimensiones que va a tener la huerta y elegir dónde realizarla: directamente en la tierra, en canteros, cajones de madera reciclados, o macetas. Puede ser vertical como horizontal y plantarse tanto en tierra como en maceta (con drenaje).

Paso 2: Sustrato, Semillas y Plantines

El sustrato es el elemento esencial para lograr una huerta sana. Es el material que le aporta a nuestra huerta todos los nutrientes que necesita para desarrollarse. Cuanto más rico sea nuestro sustrato más frutos dará nuestra huerta.

Uno de los sustratos más utilizados es la tierra fértil (que se consigue en cualquier vivero) mezclada con compost (abono orgánico).

El humus (producido por la transformación de residuos orgánicos por la digestión de lombrices) es el sustrato por excelencia para el cultivo en huerta, ya que le aporta a la tierra los elementos que necesita y combate enfermedades (como plagas) que pueden afectarla. Puede elaborarse en casa en composteras o conseguirse en viveros.

Si le agregamos a nuestra huerta lombrices de tierra ayudarán a la fertilización de nuestro sustrato.

Cuando ya tenemos el sustrato escogido podemos empezar a plantar las semillas elegidas en pequeñas macetas o plantines para luego, cuando estén grandes, trasplantarlas a su lugar definitivo. Otra opción es comprar los plantines en la tienda. En ambos casos es muy importante para lograr que nuestros cultivos germinen tener en cuenta el calendario de siembra para saber qué plantar según el mes.

Es aconsejable que la semilla no se plante a más de 1 cm de profundidad y dejar distancia entre semillas.

Paso 3: Tiempo y cuidados

Los cuidados que debemos tener una vez que sembramos nuestras plantas son mínimos. Lo fundamental es observar nuestros cultivos para detectar si hay exceso o falta de riego o una plaga.

En caso de plagas, están deberán combatirse de manera casera con productos orgánicos que pueden conseguirse en tiendas o elaborar en casa. El agua con ajo, el polvo de hornear y las cenizas de madera suelen ser buenos aliados.

El riego es el elemento principal, su modalidad dependerá del tipo de cultivo y la estación del año. Es importante ajustar el riego a la época y el cultivo. Lo mejor son riegos constantes con poca cantidad para conseguir que nuestra tierra se mantenga húmeda (sin encharcamientos). Además, es importante armarse de paciencia y respetar el tiempo natural de crecimiento de nuestros cultivos.

El riego se recomienda realizarlo a la mañana o por la tarde, para no exponer a las plantas durante el sol, ya que podría producirse un efecto lupa y quemar nuestros cultivos. En invierno sí se puede regar con sol.

Por Paula Lucero para Pura Vida ONG