Crecer jugando, es crecer aprendiendo, descubriendo, creando… en el mes en el que los niños festejan su día, recordemos la importancia de jugar, imaginar, y soñar.
¿Qué hacen los chicos cuando se despiertan después del desayuno? ¡Juegan! ¿Y qué hacen después de comer? ¡Quieren seguir jugando! ¿Y después de la siesta? ¡Más juegos! ¿O cuando vuelven de la escuela? ¿Y antes y después de comer?
¡Jugar, jugar, jugar, y aprender, jugar, jugar, jugar y crear!
El diccionario de la Real Academia Española define la palabra “Juego” como la diversión o el ejercicio recreativo sujeto a ciertas reglas en el cual se gana o se pierde. Sin embargo, y ampliando la definición, un juego es una actividad que se utiliza para la diversión y el disfrute de quienes participan, y en muchos casos hasta se convierte en herramienta educativa, se gane, se pierda, o se empate… o ninguna de estas tres opciones.
Para el juego no hay edad, los chicos se divierten con otros niños o con sus padres, y los
padres juegan con sus hijos o con otros adultos. A veces los niños juegan a ser grandes imitando alguna profesión, como jugar “a la mamá” o a ser “piloto de avión”, y por otro lado los grandes aprovechan los juegos de chicos para disimular su deseo de revivir la niñez como tirarse del tobogán o disfrazarse de princesa o de bombero e inventar historias de fantasía, porque con otros adultos no se sentirían cómodos para hacerlo.
padres juegan con sus hijos o con otros adultos. A veces los niños juegan a ser grandes imitando alguna profesión, como jugar “a la mamá” o a ser “piloto de avión”, y por otro lado los grandes aprovechan los juegos de chicos para disimular su deseo de revivir la niñez como tirarse del tobogán o disfrazarse de princesa o de bombero e inventar historias de fantasía, porque con otros adultos no se sentirían cómodos para hacerlo.
Solos o acompañados, lo importante es que los chicos siempre tengan la posibilidad de jugar, en su casa, en la plaza, o en la escuela, y que los papás sean concientes de que las ganas de jugar de sus hijos además de ser algo natural, significan mucho más que un pasatiempo con el que se entretienen un rato, y que el juego contribuye positivamente en todos los aspectos de su crecimiento.
El juego está vinculado a las cuatro dimensiones básicas del desarrollo infantil: el psicomotor, el intelectual, el social y finalmente el afectivo-emocional, y constituye el principal lenguaje de los niños, estimula sus sentidos y enriquece su creatividad e imaginación, ellos se comunican con el mundo a través de las actividades lúdicas.
En el mundo infantil el juego es diversión, alegría y placer, los juegos siempre tienen sentido, varían según sus experiencias y necesidades particulares, y allí pueden expresar sus deseos, fantasías, temores y conflictos. El juego de los niños refleja su percepción de sí mismos, de otras personas, y del mundo que los rodea.
Los recuerdos que tienen los adultos sobre su niñez, casi siempre se remiten a juegos, momentos de felicidad que han vivido con sus padres, abuelos, o hermanos, y casi siempre vienen acompañados con una sonrisa y una pizca de nostalgia.
El juego es muy importante para el desarrollo de la personalidad del niño, quien aprende en forma permanente de la experiencia del día a día, a través de juegos, historias, o de anécdotas, y va entendiendo qué lugar ocupa en su familia, en la escuela, y en la sociedad. Un niño que crece jugando, es un adulto que nunca dejará de aprender, crear y soñar.
Por Luciana Betteto
No hay comentarios:
Publicar un comentario