miércoles, 18 de diciembre de 2019

Nuevos Aires de Vida (Parte 2)

“La donación de órganos es un acto de amor puro y solidario.
De amor por el otro… 
Como dice la frase que generalmente utilizamos
‘Donar órganos salva vidas’.
Por supuesto que es así. Soy el fiel reflejo de eso.”


Anteriormente presentamos la historia de Silvana y su pelea contra la hipertensión pulmonar. Ella nos contó sobre las distintas etapas que sufrió con su enfermedad hasta la realización de un trasplante bipulmonar, a mediados de este 2019.

Silvana considera que la Ley Justina favoreció a que la espera por la disponibilidad del órgano fuera menor en comparación a otros casos. Desde que ingresó en urgencia hasta la cirugía transcurrieron 5 meses. Sin embargo, ese período no es fácil para una persona y el apoyo humano es vital para superar la angustia. Silvana nos comenta que el acompañamiento de su familia y la amistad que forjó con dos pacientes en su misma situación, la ayudaron a recorrer el difícil camino anterior al trasplante:

“El tiempo de espera transcurre muy lento. Una está en el dilema de quedarse así y durar un tiempo con la hipertensión pulmonar o arriesgarse al trasplante. Hablamos muchas veces de este tema y teníamos nuestros miedos… La incertidumbre de la espera es lo que más se siente en ese momento. Primero la inseguridad de saber si vas a llegar al trasplante. Y una vez que llega el órgano compatible, si se va a poder llevar a cabo la cirugía y si va a salir bien. Son todas preguntas que en el momento no tienen respuestas. A pesar de estar en esa situación, la fuerza es lo que debe prevalecer. Si uno se deja decaer emocionalmente no se puede transcurrir una espera y soportar un trasplante. Para mí eso es fundamental. Por suerte, me estuvieron acompañando mi mamá y una de mis hermanas. Yo tenía miedo constantemente. Me agarraban ataques de pánico y no quería quedarme sola de noche. Entre ellas dos se turnaban para estar conmigo. Tenía miedo de dormirme y no saber si me iba a despertar. O las veces que me daba desesperación porque me faltaba el aire… Necesitaba que alguien cercano a mí estuviera en ese momento. Por suerte pudieron viajar ellas. En algún momento se pudo acercar mi hermano también.”

La cuestión de la lejanía del hogar es un problema para muchas personas que se encuentran en lista de espera. Según datos del INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante), cerca del 45% de la población que necesita un trasplante actualmente reside en el Interior del país. Teniendo en cuenta que la mayor complejidad de cirugías se centraliza en Buenos Aires, este dato supone un esfuerzo extra en lo económico y en lo emocional por parte de los pacientes y sus familias.

Planeando el Futuro
Silvana ya nos comentó cuál es su situación de salud actual. Cuando le preguntamos cómo piensa su futuro nos dijo: “Estoy retomando la facultad. Rendí una materia hace pocos días. Mi idea es trabajar, pero es todo muy reciente. También me gustaría volver a bailar. Lo iré viendo de a poco. Una siente que el tiempo pasó, que perdió el tiempo. Pero también me tengo que frenar en algunas cosas que me veo limitada porque me tengo que cuidar. Soy consciente de que gracias a una persona donante estoy viva. Eso lo valoro mucho y lo quiero cuidar. Ahora quizás veo las cosas de otra manera. Antes me hacía problema por pequeñas cosas. Con esta nueva visión disfruto de los pequeños momentos. Cada situación de la vida pasa por algo, pero esta experiencia me ha ayudado y me ha hecho crecer como persona.”




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