El primer día de Agosto es sinónimo de celebración en el norte Argentino. Se rinde homenaje a quien engendra vida, quien nutre y protege: la Pachamama, la diosa de la tierra. El respeto y admiración por la madre tierra es sagrado y es un ejemplo para el resto de los argentinos.
También celebrada en Bolivia y Perú
(mejor conocida como Mamapacha), la Pachamama es la madre de los cerros,
hombres y mujeres y la responsable de que los frutos maduren. Además,
favorecerá, de mejor manera, a quienes sean respetuosos de la vida y de los animales.
En la antiguedad, el respeto por la
tierra y la naturaleza estaba presente en la mayoría de las culturas. El
término “madre tierra” no es azaroso, sino completamente en referencia a lo que
significa: con el mismo sentimiento que se relaciona un hijo con una madre, se
relaciona con la tierra.
Con el paso de los años y la propia
evolución de las sociedades, el mundo perdió esa relación con la naturaleza. Lo
que algún día fue sagrado para todos, hoy lo es para sólo una parte de los
hombres y mujeres. No sólo la tierra, sino todo el medioambiente, que es
sistemáticamente dañado por la huella que los seres humanos dejan en el
planeta.
Sin embargo, el propio paso de los
años fue la enfermedad que hoy podría ser el remedio. En este nuevo siglo, y
sobre todo en estos últimos años, los niveles de conciencia aumentaron gracias
al uso de la tecnología y a la nueva era de la abundante información. Hoy la
sociedad entiende que aquellos cambios que produjo la industrialización del
mundo trajeron grandes desastres para la naturaleza, y ser conscientes de ello
tal vez ya sea un paso ganado. Ahora, falta llevar acciones responsables con el
medioambiente para comenzar a reparar el daño.
Que el norte del país esté
festejando el amor por la tierra es un ejemplo a seguir. No necesariamente cada
cultura debería cambiar y alabar a la Pachamama, pero sí tomar de éste día el
respeto y admiración por el mundo, que al fin y al cabo, es nuestro hogar. El
medioambiente es el escenario que cada persona pisa todos los días, pero a
veces, esa huella deja una marca que perjudica y contamina.
No ser parte de esta cultura no
significa que este día sea intrascendente. Hoy puede ser un día para pensar y
meditar sobre la importancia de las acciones que se realizan día a día y cómo
influyen en el medioambiente. Recordemos las enseñanzas de los pueblos nativos
y retomemos las actitudes del pasado. ¿Qué sería del planeta tierra si el
respeto por la Pachamama fuera la cultura de todas las personas que lo habitan?
Por Nati Stanchi para Proyecto Pura Vida
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