Semana Mundial de la Lactancia Materna
Constanza, una joven de 22 años, se encuentra amamantando a
su hijo de 9 meses en la plazoleta situada entre Belgrano y Acassuso en la
localidad de San Isidro. Luego de realizar un trámite en el Banco Nación de
enfrente, el bebé, entre llantos, le indicó a su mamá que precisaba
alimentarse. Lamentablemente la tarea no pudo ser culminada ya que Constanza
fue interrumpida por dos oficiales quienes argumentaron que era contra la Ley
dar la teta en la vía pública. Como respuesta, la joven no tuvo otra opción que
presentar su documentación y marcharse de la plazoleta.
La joven madre, luego de la desafortunada situación
atravesada, acudió a la comisaría asignada a la zona barrial pero no tuvo
suerte, lo ocurrido no había sido un delito según los policías que
recepcionaron su denuncia. Esta circunstancia se repitió en otra comisaría, en
un juzgado, en una fiscalía y en la Comisaría de la mujer. En todas ellas
volvía la misma justificación: no ejercieron violencia contra ella, no puede
ser asentado como una imputación.
Desde 1992 se celebra en más de 120 países la Semana Mundial
de la Lactancia Materna en los primeros siete días del mes de agosto. La misma
fue instaurada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud y el Fondo
de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en conmemoración a la Declaración
de Innocenti sobre la protección, el fomento y el apoyo de la lactancia
materna, firmada por estas entidades en agosto de 1990.
Dicho documento reconoce que la Lactancia Materna es un
proceso que provee una nutrición ideal para los niños y contribuye a su
saludable crecimiento y desarrollo. Además reduce la incidencia y la severidad
de las enfermedades infecciosas y como consecuencia, reduce la morbilidad y la
mortalidad infantil. Por otro lado, contribuye a una recuperación más temprana
de la mamá y a su salud ya que reduce el riesgo de cáncer ovárico y de pecho.
La Declaración de Innocenti posee como fin último generar
una “Cultura de la Lactancia Materna”. No solo deben de hacerse esfuerzos para
aumentar la confianza de las mujeres en su habilidad para la lactancia materna,
sino también enfocarse en la remoción de restricciones e influencias que
manipulan la percepción y el comportamiento hacia la lactancia materna. Más
aún, deben ser eliminados todos los obstáculos dentro del sistema de salud, del
lugar de trabajo y de la comunidad. Para ello, es requisito que todas las
mujeres tengan acceso a la información y servicios además de preservar su salud
para entonces sostener la alimentación de sus bebés.
Las repercusiones de la situación vivida por Constanza no
tardaron en llegar. Decenas de mujeres se autoconvocaron, a través de las redes
sociales, en la plazoleta del centro comercial de San Isidro para alimentar a
sus bebes juntas como respuesta a la restricción ejercida sobre ella y su
hijo de 9 meses.
Dicha protesta pacífica se replicó en otras ciudades y
provincias del país. Las madres se sintieron interpeladas por el planteo
ridículo de las autoridades, entendiendo que es un retroceso a los derechos
ganados con respecto a la mujer y la salud de sus hijos. Las mamás recibieron
el acompañamiento del sexo masculino, entre ellos algunos padres, también de
referentes políticos y del premio Nobel de la Paz argentino, Adolfo Perez
Esquivel quien relató el acontecimiento como un “canto hermoso a los derechos”.
Tal como declara la OMS y UNICEF, se debe permitir a todas
las mujeres practicar la lactancia materna y así, todos los bebés ser
alimentados exclusivamente con leche materna, el camino más sano y natural,
desde su nacimiento hasta los 4 o 6 meses de edad. De ahí en adelante los niños
deben continuar siendo alimentados a través del pecho de su madre pero también
recibiendo comida complementaria adecuada y apropiada hasta los dos años de
edad.
La leche materna contiene todos los nutrientes, anticuerpos,
factores inmunitarios necesarios para el desarrollo del pequeño y además
contribuye a que el niño en su edad adulta mantenga una buena salud. De este
modo, evitar enfermedades, que si no hubiera sido por la lactancia, podrían
haber afectado al organismo.
La protección, promoción y apoyo a la lactancia materna
requiere sensibilidad, continua estrategia de comunicación comprensible y
responsable de todos los medios, y dirigida a todos los sectores de la
sociedad. Como consecuencia el amamantamiento podrá ser entendido como una
cuestión de salud pública y no como una
acción rechazada o prohibida por la ignorancia.
Por Barbara Rosenberg para Proyecto Pura Vida
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