miércoles, 5 de julio de 2017

Pesquisa neonatal auditiva: ¿por qué es importante y por qué todos los recién nacidos tienen derecho a ella?


La audición, junto con la atención conjunta y el estímulo del entorno, es uno de los requisitos primigenios para el desarrollo del lenguaje en los niños. Es por eso que en la Argentina, así como también en otros países del mundo, es obligatorio que se evalúe la audición de todos los recién nacidos. La Ley Nº 25415 busca que todos los recién nacidos sean evaluados y reciban un diagnóstico de su salud auditiva en sus primeros días de vida.

¿Por qué es importante esto? La detección temprana de la pérdida auditiva permite brindar a los niños que la padecen el tratamiento y los controles necesarios.

¿Qué es la hipoacusia? ¿Por qué es importante saber si un bebé padece de hipoacusia?
La hipoacusia es una disminución de la percepción auditiva. Las personas que tienen una audición típica escuchan en un rango de frecuencia de entre 0 y 20 decibeles (dB). Una persona que escucha por debajo de los 40 dB tendrá dificultades para entender el habla, y esto causará dificultades en su desarrollo social y cognitivo. Los bebés desarrollan las habilidades del habla porque escuchan constantemente los sonidos y las palabras de su entorno, por lo que un niño con hipoacusia se perderá de este aprendizaje. Si la hipoacusia es detectada tempranamente en los primeros días de vida del niño, el audiólogo y el otorrinolaringólogo podrán equiparlo con audífonos para que pueda acceder a todos los rasgos acústicos del habla. En algunos casos de hipoacusias muy profundas, el equipo médico responsable del tratamiento del niño podría recomendar que sea equipado con implantes cocleares para maximizar el acceso auditivo.

¿Qué es la pesquisa neonatal auditiva?
Es un proceso de cuatro fases que se realiza a bebés recién nacidos con y sin factores de riesgo para evaluar su audición y detectar si el niño tiene algún grado de hipoacusia. Las primeras dos fases, el tamizaje y el diagnóstico, son obligatorias para todos los neonatos, mientras que las otras dos (tratamiento y seguimiento) sólo serán necesarias para aquellos casos en los que se detecte pérdida auditiva.

¿Quiénes son los niños con factores de riesgo?
  • Aquellos que en su historial familiar presenten casos de hipoacusia
  • Aquellos que hayan sufrido infecciones intrauterinas (citomegalovirus, rubéola, sífilis, herpes, o toxoplasmosis). Esto sucede cuando la madre contrae la infección durante el embarazo y contagia al bebé.
  • Aquellos con anomalías craneofaciales
  • Aquellos cuyo peso al nacimiento haya sido inferior a los 1500 gramos
  • Aquellos con hiperbilirrubinemia con indicación de exanguinotransfusión
  • Aquellos que por algún motivo hayan sido expuestos a medicaciones ototóxicas
  • Aquellos que se contagien de meningitis bacteriana
  • Aquellos que hayan tenido que recibir ventilación mecánica por 5 o más días
  • Aquellos que padezcan de síndromes o enfermedades asociadas a la hipoacusia

La primera fase se realiza en la maternidad antes del alta hospitalaria. Para los niños que han nacido a término y sin factores de riesgo, la pesquisa se lleva a cabo después de las 36 horas de vida. Si el bebé nació antes de término, la pesquisa debe realizarse a partir de las 37 semanas de edad gestacional.
En los casos de niños sin factores de riesgo y niños prematuros que son evaluados luego de la semana 37 de edad gestacional, el profesional utiliza un aparato de otoemisiones acústicas. Para los niños prematuros que son dados de alta antes de cumplir las 37 semanas de edad gestacional, se utiliza un aparato de otoemisiones acústicas evocadas. ¿Qué son las otoemisiones? Son las respuestas a sonidos de baja intensidad producidas por las células del oído interno (que se llaman ciliadas y se encuentran en la cóclea). Se pueden medir rápidamente con un micrófono muy sensible que se coloca en el canal auditivo.

¿Cómo se lleva a cabo la prueba?
Se colocarán tres electrodos en la cabeza del bebé: uno en la zona media de la frente, y otros dos en la zona de la apófisis mastoides de cada oído. Luego se colocarán unos pequeños auriculares de inserción en el canal auditivo, que servirán para que el niño reciba los estímulos sonoros que el profesional enviará. El examen no es doloroso, el niño deberá estar dormido mientras se realiza, y sus padres podrán acompañarlo.
El resultado que les dará el profesional será de PASÓ o NO PASÓ. En aquellos casos en los que el bebé recibe un diagnóstico de NO PASÓ, se recomienda repetir la prueba nuevamente cuando el niño ya haya cumplido un mes de vida. Muchas veces restos de células, meconio o mucosidades quedan acumuladas en el oído, por lo cual un primer diagnóstico de NO PASÓ no tiene por qué ser definitivo. Los padres de los niños que pasen la prueba recibirán el alta y una guía auditiva que les explicará que algunas formas de hipoacusia aparecen después o son progresivas, por lo que deberán estar atentos a las conductas auditivas y del lenguaje que su hijo irá desarrollando.

¿Qué sucede cuando se repite la prueba al mes de vida y nuevamente el resultado es NO PASÓ?
En estos casos, los niños deberán ser evaluados por un equipo médico-audiológico compuesto por otorrinolaringólogos y fonoaudiólogos que realizará otra serie de estudios para llegar a un diagnóstico diferencial. La función del oído medio se verificará mediante la timpanometría, se evaluará la presencia o ausencia de reflejos acústicos, y se realizarán potenciales evocados auditivos de diagnóstico por frecuencia específica para conocer el estado de las frecuencias que son esenciales para el desarrollo del habla. Los resultados de estas pruebas permitirán conocer el grado de hipoacusia que tiene el niño.

Grados de hipoacusia

Audición normal
20 dB
Puede escuchar hasta los sonidos más suaves
No presenta ninguna dificultad para oír
Hipoacusia leve
20 a 45 dB
Puede escuchar sonidos como murmullos
Presenta algunas dificultades para entender si se le habla en murmullos
Hipoacusia moderada
45 a 60 dB
Puede escuchar conversaciones moderadas
Comprende si se le habla con intensidad normal, de frente y de cerca. Debe ser equipado con audífonos
Hipoacusia moderada a severa
60 a 75 dB
Puede escuchar voces normales y fuertes
Comprende si se le habla en voz alta, de frente y mirándolo. Debe ser equipado con audífonos
Hipoacusia severa
75 a 90 dB
Puede escuchar sonidos estridentes como el timbre de la puerta o del teléfono, los truenos, el llanto de un bebé
Comprende si se le habla en voz muy alta. Debe ser equipado con audífonos o implante coclear para poder seguir una conversación
Hipoacusia profunda o sordera
90 dB o más
Puede escuchar sonidos como los de un camión, un avión despegando, o una máquina grande en funcionamiento
Debe ser equipado con implante coclear o audífonos muy potentes

Luego de que el equipo profesional realiza el diagnóstico, la familia deberá tomar una decisión informada acerca de cuál es el tratamiento que considera mejor para su hijo. Si optan por un tratamiento orientado a la terapia auditivo-verbal, el niño deberá ser equipado con la tecnología que su audiólogo recomiende para ayudar a compensar el déficit auditivo. Cada caso es único y particular, por lo cual la familia y el equipo transdisciplinario que tratará al niño deberán trabajar en conjunto para estimularlo emocional y cognitivamente y ayudarlo a desarrollar habilidades de lenguaje mediante el uso de la audición.

Por Daiana Vaquero Vega para Proyecto Pura Vida

6 comentarios:

  1. Excelente redacción! Interesante información.

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  2. Excelente y muy útil informe para los padres

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  3. Muy buena y completa información Dai, felicitaciones!

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  4. Muy buena información. Muy útil. Y 100% confiable. Lo digo por experiencia. Mi nene tiene hipoacusia bilateral profunda.

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  5. Gracias por compartir estos informes.

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  6. MUY Ineresante y completo Gracias por transmitirlo.

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