La
audición, junto con la atención conjunta y el estímulo del
entorno, es uno de los requisitos primigenios para el desarrollo del
lenguaje en los niños. Es por eso que en la Argentina, así como
también en otros países del mundo, es obligatorio que se evalúe la
audición de todos los recién nacidos. La Ley Nº 25415 busca que
todos los recién nacidos sean evaluados y reciban un diagnóstico de
su salud auditiva en sus primeros días de vida.
¿Por
qué es importante esto? La detección temprana de la pérdida
auditiva permite brindar a los niños que la padecen el tratamiento y
los controles necesarios.
¿Qué
es la hipoacusia? ¿Por qué es importante saber si un bebé padece
de hipoacusia?
La
hipoacusia es una disminución de la percepción auditiva. Las
personas que tienen una audición típica escuchan en un rango de
frecuencia de entre 0 y 20 decibeles (dB). Una persona que escucha
por debajo de los 40 dB tendrá dificultades para entender el habla,
y esto causará dificultades en su desarrollo social y cognitivo. Los
bebés desarrollan las habilidades del habla porque escuchan
constantemente los sonidos y las palabras de su entorno, por lo que
un niño con hipoacusia se perderá de este aprendizaje. Si la
hipoacusia es detectada tempranamente en los primeros días de vida
del niño, el audiólogo y el otorrinolaringólogo podrán equiparlo
con audífonos para que pueda acceder a todos los rasgos acústicos
del habla. En algunos casos de hipoacusias muy profundas, el equipo
médico responsable del tratamiento del niño podría recomendar que
sea equipado con implantes cocleares para maximizar el acceso
auditivo.
¿Qué
es la pesquisa neonatal auditiva?
Es
un proceso de cuatro fases que se realiza a bebés recién nacidos
con y sin factores de riesgo para evaluar su audición y detectar si
el niño tiene algún grado de hipoacusia. Las primeras dos fases, el
tamizaje y el diagnóstico, son obligatorias para todos los neonatos,
mientras que las otras dos (tratamiento y seguimiento) sólo serán
necesarias para aquellos casos en los que se detecte pérdida
auditiva.
¿Quiénes
son los niños con factores de riesgo?
Aquellos
que en su historial familiar presenten casos de hipoacusia
Aquellos
que hayan sufrido infecciones intrauterinas (citomegalovirus,
rubéola, sífilis, herpes, o toxoplasmosis). Esto sucede cuando la
madre contrae la infección durante el embarazo y contagia al bebé.
Aquellos
con anomalías craneofaciales
Aquellos
cuyo peso al nacimiento haya sido inferior a los 1500 gramos
Aquellos
con hiperbilirrubinemia con indicación de exanguinotransfusión
Aquellos
que por algún motivo hayan sido expuestos a medicaciones ototóxicas
Aquellos
que se contagien de meningitis bacteriana
Aquellos
que hayan tenido que recibir ventilación mecánica por 5 o más
días
Aquellos
que padezcan de síndromes o enfermedades asociadas a la hipoacusia

La
primera fase se realiza en la maternidad antes del alta hospitalaria.
Para los niños que han nacido a término y sin factores de riesgo,
la pesquisa se lleva a cabo después de las 36 horas
de vida. Si el bebé nació
antes de término, la pesquisa debe realizarse a partir de las 37
semanas de edad gestacional.
En
los casos de niños sin factores de riesgo y niños prematuros que
son evaluados luego de la semana 37 de edad gestacional, el
profesional utiliza un aparato de otoemisiones acústicas. Para los
niños prematuros que son dados de alta antes de cumplir las 37
semanas de edad gestacional, se utiliza un aparato de otoemisiones
acústicas evocadas. ¿Qué son las otoemisiones? Son las respuestas
a sonidos de baja intensidad producidas por las células del oído
interno (que se llaman ciliadas y se encuentran en la cóclea). Se
pueden medir rápidamente con un micrófono muy sensible que se
coloca en el canal auditivo.
¿Cómo
se lleva a cabo la prueba?
Se
colocarán tres electrodos en la cabeza del bebé: uno en la zona
media de la frente, y otros dos en la zona de la apófisis mastoides
de cada oído. Luego se colocarán unos pequeños auriculares de
inserción en el canal auditivo, que servirán para que el niño
reciba los estímulos sonoros que el profesional enviará. El examen
no es doloroso, el niño deberá estar dormido mientras se realiza, y
sus padres podrán acompañarlo.
El
resultado que les dará el profesional será de PASÓ o NO PASÓ. En
aquellos casos en los que el bebé recibe un diagnóstico de NO PASÓ,
se recomienda repetir la prueba nuevamente cuando el niño ya haya
cumplido un mes de vida. Muchas veces restos de células, meconio o
mucosidades quedan acumuladas en el oído, por lo cual un primer
diagnóstico de NO PASÓ no tiene por qué ser definitivo. Los padres
de los niños que pasen la prueba recibirán el alta y una guía
auditiva que les explicará que algunas formas de hipoacusia aparecen
después o son progresivas, por lo que deberán estar atentos a las
conductas auditivas y del lenguaje que su hijo irá desarrollando.
¿Qué
sucede cuando se repite la prueba al mes de vida y nuevamente el
resultado es NO PASÓ?
En
estos casos, los niños deberán ser evaluados por un equipo
médico-audiológico compuesto por otorrinolaringólogos y
fonoaudiólogos que realizará otra serie de estudios para llegar a
un diagnóstico diferencial. La función del oído medio se
verificará mediante la timpanometría, se evaluará la presencia o
ausencia de reflejos acústicos, y se realizarán potenciales
evocados auditivos de diagnóstico por frecuencia específica para
conocer el estado de las frecuencias que son esenciales para el
desarrollo del habla. Los resultados de estas pruebas permitirán
conocer el grado de hipoacusia que tiene el niño.
Grados
de hipoacusia
Audición
normal
|
20
dB
|
Puede
escuchar hasta los sonidos más suaves
|
No
presenta ninguna dificultad para oír
|
Hipoacusia
leve
|
20
a 45 dB
|
Puede
escuchar sonidos como murmullos
|
Presenta
algunas dificultades para entender si se le habla en murmullos
|
Hipoacusia
moderada
|
45
a 60 dB
|
Puede
escuchar conversaciones moderadas
|
Comprende
si se le habla con intensidad normal, de frente y de cerca. Debe
ser equipado con audífonos
|
Hipoacusia
moderada a severa
|
60
a 75 dB
|
Puede
escuchar voces normales y fuertes
|
Comprende
si se le habla en voz alta, de frente y mirándolo. Debe ser
equipado con audífonos
|
Hipoacusia
severa
|
75
a 90 dB
|
Puede
escuchar sonidos estridentes como el timbre de la puerta o del
teléfono, los truenos, el llanto de un bebé
|
Comprende
si se le habla en voz muy alta. Debe ser equipado con audífonos o
implante coclear para poder seguir una conversación
|
Hipoacusia
profunda o sordera
|
90
dB o más
|
Puede
escuchar sonidos como los de un camión, un avión despegando, o
una máquina grande en funcionamiento
|
Debe
ser equipado con implante coclear o audífonos muy potentes
|
Luego
de que el equipo profesional realiza el diagnóstico, la familia
deberá tomar una decisión informada acerca de cuál es el
tratamiento que considera mejor para su hijo. Si optan por un
tratamiento orientado a la terapia auditivo-verbal, el niño deberá
ser equipado con la tecnología que su audiólogo recomiende para
ayudar a compensar el déficit auditivo. Cada caso es único y
particular, por lo cual la familia y el equipo transdisciplinario que
tratará al niño deberán trabajar en conjunto para estimularlo
emocional y cognitivamente y ayudarlo a desarrollar habilidades de
lenguaje mediante el uso de la audición.