Todos los 8 de mayo se conmemora en Argentina el Día
Nacional contra la Violencia Institucional, declarado en memoria de la Masacre
de Budge ocurrida en 1987 en el Gran Buenos Aires. Todas las historias de
violencia institucional son parte de la historia de nuestro país, el dolor de
cada familia se convierte en nuestro dolor y la lucha de las víctimas es la
lucha de toda una Nación.
Por eso, quiero que conozcas a Silvia. Tiene una sonrisa que
ilumina todo. Una sonrisa que da vida, pero que nació del dolor más profundo y
abraza a otros corazones, porque “eligió volver a sonreír, eligió luchar”.
Esta lucha le pertenece a la mamá de Maxi Tasca, víctima de
violencia institucional, y fundadora de Madres del Dolor.
Maxi estudiaba en la Universidad y disfrutaba de sus 25 años
con sus amigos, “hasta que se cruzó con un mal policía”. Ocurrió un 29 de
diciembre de 2001 en el barrio de Floresta, en plena crisis social. Un mal
policía (como hace referencia Silvia, dejando entrever que hay buenos policías)
mató a quemarropa a tres jóvenes dentro de una estación de servicio. Uno de
estos jóvenes era Maxi, el hijo de Silvia.
A pesar del dolor tan infinitamente inmenso, ésta mamá (una
mamá común, como la tuya, como la mía), con muchísimo coraje, dedicó su vida a
erradicar la violencia institucional: “para mí, violencia institucional es un
uniformado que utiliza el arma en vez de la palabra. Una bala mata, la palabra
enseña”.
Todos los días se levanta pensando en Maxi, le da un beso a
su foto y le pide que la acompañe y ahí comienzan su día, juntos. Así comienza
su lucha diaria. Llevando su historia a efectores de seguridad para
concientizar sobre esta problemática, difundiendo su libro para que su dolor
abrace otros dolores, trabajando en la Fundación Madres del Dolor conteniendo a
otras familias que enfrentan muertes violentas y, entre otras maravillosas
cosas, trabajando en protocolos y campañas para la donación de órganos.
“Soy mamá donante, una decisión que ayudó a calmar un gran
dolor. Ahora Maxi está en varias personas. En mi caso, me ayudó mucho esta
posibilidad de "dar", de donar vida.”
El policía que mató a Maxi, debería haberlo cuidado, debería
haberle garantizado su derecho a la vida, a la seguridad. “Le pegó un balazo en
la nuca, arruinó su vida y la de todos nosotros”, dice Silvia con templanza
pero con un dolor que está intacto, que sigue ahí para resignificarse en cada
cambio que haga desde la Fundación, en cada página de su libro “Huellas”, en
cada donación de órganos.
“Es tan reconfortante saber cómo las personas trasplantadas
‘honran a sus donantes’ cuidando ese órgano nuevo que les da la oportunidad
única de VIVIR. Si hubiera sido posible, hasta su sonrisa hubiéramos donado”. Y
es casi es un esfuerzo leerla sin emocionarse.
Las lágrimas de Silvia se transformaron en acciones: hoy es
parte de las mesas de protocolo especial a nivel nacional para agilizar la
participación de los actores institucionales en casos de muerte traumática de
un donador. Y si ella convirtió su dolor de esa forma, ¿cómo no vamos a seguir
su ejemplo?
Digamos "Basta" a la Violencia Institucional. Si tenés dudas
o querés hacer una denuncia, comunicate al 0800-122-5878.
Sigamos el ejemplo de Silvia y de Maxi
El trasplante sólo es posible gracias a la voluntad de
quienes dan su consentimiento. Por cada donante, ¡se pueden salvar hasta siete
vidas! Silvia respetó la decisión de Maxi, que estaba plasmada en su D.N.I,
decía “donante de órganos”. ¿Todavía creés que es una decisión que puede
esperar? En este día de lucha contra la violencia institucional te invito a que
afiances tu compromiso para construir un lugar mejor: convertite en Donante de
Órganos.
¿Cómo hago?
El Registro Nacional de Expresiones de Voluntad para la
Donación de Órganos y Tejidos para Trasplante concentra todas las
manifestaciones en relación con la donación de órganos de todo el país. Hacete
donante ahora, entrá acá.
**Canción "El oficial" compuesta por No te va Gustar, sobre la
Masacre de Floresta
Por Noyu Vega @noyuvega para Proyecto Pura Vida
Por Noyu Vega @noyuvega para Proyecto Pura Vida
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