¿Sólo un día más? La guerra entre palestinos e israelíes, conflicto que abarca alrededor de cuatro décadas, llevó a que el 19 de agosto de 1982, las Naciones Unidas declaran al 4 de junio como el Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión.
Desde el Proyecto Pura Vida nos parece apropiado remarcar las palabras de un escritor israelí, David Grossman, a su hijo, Uri (20), quien murió en 2006 en la guerra del Líbano: “(…) de Uri aprendí que se puede y se debe ser todo eso a la vez. Que debemos defendernos, sin duda, pero en los dos sentidos: defender nuestras vidas, y también empeñarnos en proteger nuestra alma, empeñarnos en protegerla de la tentación de la fuerza y las ideas simplistas, la distorsión del cinismo, la contaminación del corazón y el desprecio del individuo que constituyen la auténtica y gran maldición de quienes viven en una zona de tragedia como la nuestra”.
Este escritor ha sido y continúa siendo muy crítico respecto de las políticas de guerra que aplica Israel. En una de sus tantas declaraciones contó que en sus años escolares, su madre quiso que estudiara francés; pero él prefirió seguir otro camino. “Cuando aprendí árabe, entendí hasta construcciones de mi propia lengua, el hebreo. Son dos idiomas de la misma familia"”, explicó.
Si uno lee la obra de Grossman y lo escucha, entenderá de qué se trata su mensaje. La paz comienza con la comprensión del otro; ese que se para frente a mí y se muestra diferente. Ese que es mi espejo, donde se reflejan mis errores y mis virtudes. Si no podemos, por lo menos, practicar el valor de la reflexión, ¿cómo pretender que reine la paz para los niños, no sólo en el Líbano, Gaza o Israel, sino en el mundo entero?
Por Florencia Soledad Gatell para Proyecto Pura Vida
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