17 de Mayo: Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia

Concientización y Movilizaciones en todo el Mundo 

 La elección del 17 de Mayo para celebrar este día, se debe a que en 1990 la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. 

Hoy es un día de sensibilización y movilización en el que diversos sectores manifiestan la necesidad de un mundo sin prejuicios y una mayor concientización de la población sobre la importancia de respetar la preferencia sexual de cada individuo. 

Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales, no consideran al 17 de Mayo como una jornada de victimización, sino por el contrario, es un día en el que ven una gran oportunidad para resaltar inclusión e igualdad de derechos sin distinción de la orientación sexual.  

Este día trata de generar nuevas acciones, una charla de café, un debate en el aula, una nota periodística en un programa de radio, en la TV o en el diario, y de enfatizar los esfuerzos de los activistas de todo el mundo para que estas acciones que se realizan en diferentes latitudes y hemisferios, tengan visibilidad colectiva y en consecuencia logren más efectividad e impacto en la opinión pública. A largo plazo, se pretende posicionar este día en la agenda internacional.

Más allá de la magnitud de la celebración que se realice en cada país, lo importante es que el 17 de Mayo es un paso adelante hacia la consideración de la orientación sexual y la identidad de género como un derecho humano fundamental. 

En la Ciudad de Buenos Aires hoy se hace el  lanzamiento oficial de la Campaña Nacional: Más Inclusión sin Bullying en el Salón Azul del Congreso de la Nación.

La campaña es generada desde el seno de La Comunidad Homosexual Argentina 
La propuesta es plantear nuevos escenarios de diálogo al interior de las aulas para garantizar no solo la libre expresión de las identidades de género y las orientaciones sexuales, sino el derecho mismo a una educación integral, inclusiva y solidaria con el otro.

Por Luciana Betteto