#SoyVoluntaria
Desde chica me considero una persona muy observadora con
todo lo que me rodea, lo que siempre me invitaba a preguntarme: ¿Por qué hay
niños como yo que están durmiendo en la calle, mientras yo tengo la suerte de
dormir bajo un techo?, ¿Por qué algunas personas tienen tanto y otras tan
poco?, podría ser yo quien esté en las condiciones en las que se encuentra ese
niño. En este momento, haciéndome estas preguntas, comenzaba a agradecer todo
lo que me tocó.
Toda mi vida fui a un colegio católico y en cada oportunidad
que nos brindaban para colaborar surgía dentro de mí un proceso inconsciente
que lo llamo: ganas de ayudar sin la intención de recibir nada a cambio. “Se
necesita ropa y alimentos para personas en situación de calle”; “vamos a juntar
juguetes para ir de visita a un hogar de niños”; “vamos a hacer un viaje a
Chascomus para jugar y estar en contacto con niños de una escuelita humilde” y
en cada oportunidad, yo sin pensarlo, me sumaba. Nunca me puse a analizar por
qué me interesaba hacerlo, sino que me bastaba con sentirme conmovida en el
durante, al ver las caritas de felicidad de los niños, y satisfecha de mi
acción y voluntad en lo posterior.
Cuando terminé la secundaria, ya decidida con dedicarme a
estudiar Comunicación, sentí que me faltaba algo. Me faltaban esas ocasiones
que me brindaba mi colegio de dar una mano a cualquier necesidad de la
comunidad. Fue en ese entonces que comencé a pensar, ¿Cómo puedo ayudar desde
mi lugar y posibilidades, poniendo en práctica lo que más me gusta hacer, que es
comunicar? Y así fue que Proyecto Pura Vida me brindó este espacio tan lindo,
cargado de energías similares, en el que me siento cómoda y feliz de poder
informar, concientizar y difundir sobre temas que considero primordiales para
lograr un futuro mejor.
Es por ello que, reflexiono sobre esto: ayudar es una forma
de agradecer todo lo que a uno le tocó, todo lo que uno tuvo desde el momento
en que nació sin hacer nada para tenerlo. Por lo tanto, considero que mi vida
sin esa sensación de colaborar con quien lo necesite, de hacerle el camino más
sencillo a esas personas que lo requieren, se termina tornando vacía.
Saber que una nota que escribí, se publique en un medio de
comunicación como es este blog, y llegue a una persona que la lea y le
despierten las ganas de colaborar activamente en temas relacionados con la
comunidad, con la salud o con la ecología, me hace sentir que habré cumplido
una tarea enorme que es hacer que otro se sume a una buena causa y se sienta
mejor consigo mismo. Esto no solo tiene un significado muy grande para mí en
relación a mis valores internos, sino que también me moviliza y me motiva un
montón para seguir ayudando y comunicando.
Citando a María Teresa de Calcuta, “a veces sentimos que lo
que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le
faltara esa gota”. Tan solo imaginémonos el conjunto de muchas gotas haciendo
la diferencia, transformando un mundo mejor.
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