14 junio: Día Mundial del Donante de Sangre 2018
La sangre no se puede fabricar y es indispensable para
trasplantes, cirugías, quimioterapia, tratar la anemia, hemofilia, enfermedades
del riñón y el hígado, quemaduras, accidentes. Hay una sola clave para que este
círculo cierre: que las donaciones voluntarias se vuelvan permanentes. Si el 3
al 5% de los argentinos donáramos dos veces al año, por ejemplo, el 100% de las
necesidades del país estarían cubiertas.
1. La atención
de nadie en un centro de salud, para ninguna práctica médica, nunca puede estar
condicionada al aporte de donantes. En la Argentina existe una Ley de Sangre
–la 22.990, de noviembre de 1983– que así lo estipula, además de que la
donación es un acto voluntario y desinteresado. En otras palabras, nadie puede
ser obligado a donar, nadie puede cobrar por hacerlo, y los equipos de salud
únicamente pueden solicitar la colaboración solidaria de los pacientes y/o sus
entornos para difundir la necesidad de donaciones.
2. Como la
sangre se puede precisar en cualquier momento y lugar, la Organización Mundial
de la Salud recomienda a las naciones crear una base estable de donantes
regulares, voluntarios y no remunerados, para garantizar un suministro
confiable y suficiente de sangre segura.
3. A toda la
sangre que se dona se le practican estudios de laboratorio: en nuestro país son
obligatorios los de sífilis, Chagas, brucelosis, hepatitis B y C, HIV/SIDA y
HTLV I y II (además de la clasificación de grupo y factor sanguíneo y
anticuerpos). Por eso las personas con menor prevalencia de infecciones
transmisibles por sangre son los donantes regulares.
4. El
procedimiento dura entre 7 y 10 minutos, se realiza con material descartable, y
se extraen alrededor de 450 ml (una unidad). Esta sangre se trata para impedir
su coagulación –con un método desarrollados por el médico argentino Luis Agote
en 1914–, y se separan sus componentes: plasma, plaquetas y glóbulos rojos.
5. Los hombres
pueden donar hasta cuatro veces al año y las mujeres hasta tres, siempre con un
intervalo mínimo de dos meses entre donación y donación.
6. Si vas a
donar acompañado y después de leer la información que te dan para que firmes tu
consentimiento pensás que tal vez tu sangre no sea segura (y querés mantener tu
privacidad), también te van a entregar una ficha confidencial que sirve,
justamente, para solicitar que esa sangre no se utilice.
7. Podés donar
a cualquier hora y no es conveniente que estés en ayunas: al contrario, se
recomienda que desayunes o almuerces en forma normal, y que tomes abundante
líquido (sin alcohol) antes y después de la extracción. También debes estar
descansado, haber dormido por lo menos seis horas, y sentirte bien, sin
síntomas de resfrío, tos o malestar. Tu cuerpo repone casi de inmediato la
sangre que donaste.
8. Si después
de haber donado te aparece algún síntoma o riesgo de infección (por ejemplo, te
enterás de que tu pareja tiene una enfermedad transmisible o te sube la
temperatura), comunicate con la institución donde donaste para informarlo.
9.Todos los
grupos sanguíneos son necesarios (A, B, AB, 0 y factor Rh Positivo o Negativo).
Los donantes más difíciles de conseguir son los Rh Negativo, que sólo posee el
10% de la población.
10.Si vas a
tener una cirugía programada, podés recibir tu propia sangre, mediante un plan
de autotransfusión: un cronograma de extracciones organizado previamente con
los médicos.
Actuá. En el 0800-222-1002 del Ministerio de Salud de la
Nación podés consultar dudas y lugares donde donar sangre en todo el país, o
buscarlos en este mapa.
Por Mariana Fusaro para Proyecto Pura Vida.
La sangre es un bien muy preciado que no se puede fabricar. Por eso todo aquel que pueda donarla y lo haga, es una gran persona!
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