Por un Turismo sin Barreras

#Inclusión

Enero significa el comienzo de la temporada alta de actividades relacionadas al turismo. Argentina cuenta con una oferta rica y diversa al respecto. Pero en lo que concierne a la accesibilidad todavía hay desafíos por delante.

Entre las herramientas sobre las que se apoyan las iniciativas para mejorar las experiencias de viaje de manera inclusiva se destaca la Ley 25643/02 (ver acá) que define al turismo accesible como “el complejo de actividades originadas durante el tiempo libre, orientado al turismo y la recreación, que posibilitan la plena integración, desde la óptica funcional y psicológica, de las personas con movilidad y/o comunicación reducidas, obteniendo durante las mismas la satisfacción individual y social del visitante y una mejor calidad de vida.” Además, existen las Directrices de Accesibilidad en Servicios Turísticos, elaboradas en conjunto por el Ministerio de Turismo, la Agencia Nacional de Discapacidad y ONGs que trabajan en este ámbito. Funcionan como recomendaciones de acción voluntaria para el sector público y privado, que buscan abarcar de manera integral las actividades turísticas y recreativas.

Las capacitaciones que se realizan en los distintos puntos del país siguiendo estas pautas tienen como objetivo fomentar acciones que apunten a toda la cadena de accesibilidad. Se pretende la igualdad de condiciones en toda la experiencia de viaje. En este sentido es necesario tener en cuenta:

• La información, imprescindible a la hora de planificar un viaje. El portal Vías Accesibles y la página del Programa Nacional de Turismo Accesible poseen información de alojamientos, actividades y servicios gastronómicos en todo el país. Puerto Madryn y Buenos Aires cuentan con una sección dentro de la página web correspondiente a su secretaría de turismo para informar sobre opciones disponibles para personas con discapacidad. Son ejemplos a seguir para otras ciudades.
• El transporte, el eslabón más débil de la cadena de accesibilidad en el país. No obstante, hay iniciativas que van desde aeropuertos remodelados, taxis y buses accesibles, los accesos al Metrobús en Buenos Aires y una agencia de viajes de turismo receptivo con vehículo adaptado en Iguazú. Es necesario extender estas prácticas a la mayor cantidad de destinos posible. El mayor problema se encuentra en los viajes de larga distancia. Los accesos a los aviones y los sanitarios dentro de ellos no son aptos para las sillas de ruedas.
• El alojamiento y la gastronomía. Respecto a los hoteles, es importante contar con los accesos correspondientes y los sanitarios adaptados. Lo mismo para los restaurantes que además deben contar con cartilla en Braille.
• Las actividades y servicios de turismo. Nuestro país cuenta con ciudades ejemplares en

  

  Mapa háptico del Jardín Japones

  cuanto a accesibilidad en actividades turísticas. Además de cuestiones de infraestructura urbana Puerto Madryn ofrece realizar avistajes de ballenas con embarcaciones adaptadas y la posibilidad de hacer snorkel y buceo con lobos marinos. El esquí adaptado (incluso para no videntes) en Bariloche y Chapelco, o rafting y tirolesa en San Rafael son opciones de actividades recreativas. El Parque Nacional de Iguazú se puede recorrer en un 90% debido a sus instalaciones accesibles para todo tipo de discapacidad. También hay que destacar que la silla anfibia es una realidad en balnearios de la Costa Atlántica, Entre Ríos, entre otros destinos. A su vez existen iniciativas inclusivas para que personas con movilidad reducida puedan disfrutar del Glaciar Perito Moreno y el Parque Nacional Talampaya. En cuanto a las actividades culturales, hay museos que poseen mapas hápticos que brinda una representación gráfica en relieve del edificio dirigida a ciegos y disminuidos visuales.

Las propuestas destinadas al turismo inclusivo cada vez son más numerosas debido al trabajo de concientización y capacitación en sectores públicos y privados. Queda mucho por hacer y muchas ciudades importantes a las que llegar con este mensaje. Buscar eliminar las barreras para que todos tengan la oportunidad de disfrutar la belleza de nuestro país sigue siendo el objetivo de estas prácticas.

Por Alfredo Recalde para Proyecto Pura Vida