martes, 3 de septiembre de 2019

Echando Raíces para la Inclusión


#PuraVidaVerde



El Programa Huerta Laboral Inclusiva es un proyecto impulsado por la Secretaría de Integración Comunitaria de la Municipalidad de San Isidro, en el norte del conurbano bonaerense. Está destinado a la capacitación en el armado y mantenimiento de huertas agroecológicas para personas sin y con discapacidad intelectual.

La propuesta consiste en talleres anuales que se realizan con frecuencia semanal en un espacio cedido por el hipódromo de la ciudad, donde funciona el área de estudio. Al finalizar las clases, los asistentes obtienen el título de Promotor de PRO Huerta, un programa nacional que depende del INTA (Instituto Nacional de TecnologíaAgropecuaria). Se han egresado más de cien personas a lo largo de cuatro años. Una vez con el diploma se desempeñan en el área laboral en Puerto Libre, un centro para la tercera edad ubicado en Martínez, localidad del mismo municipio. Allí cuentan con un terreno de 1200 metros cuadrados, en el cual “Los Huerteros” realizan capacitaciones a los adultos mayores y además tienen la posibilidad de vender la cosecha. La iniciativa genera a su vez otras opciones de trabajo que consisten en brindar capacitaciones en colegios y empresas y en la creación de huertas a domicilio para la comunidad.

Proyecto Pura Vida accedió a una entrevista con Ignacio Floridi, quien está a cargo de los talleres en el área de estudio donde se desarrollan las actividades de este programa que concibe la inclusión junto a los valores asociados al cuidado del medioambiente.

-¿Cómo es la dinámica de un día en la huerta?
Llego y hago un recorrido con la primera clase. A partir de ahí se va evaluando lo que se necesita en el día y se va dando la clase. Al durar un año, en el curso pasás por todas las actividades. En algún momento necesitás sembrar, remover la tierra y realizar tareas que se requieren en cada estación del año. Tratamos de seguir el ritmo de la huerta.

-Además del aprendizaje de las técnicas agroecológicas, ¿Qué valores buscas transmitir con las prácticas llevadas a cabo en el programa?
La huerta no es solamente comer y ver algo crecer. Es mucho más que eso. No importa el tamaño, lo que genera es siempre igual: Generar relaciones, las prácticas agroecológicas, el cuidado del medioambiente, la alimentación saludable, la dignidad de las personas…

-¿Qué otras actividades realizan en el marco de esta iniciativa?

Hacemos campañas de prácticas ecológicas. Por ejemplo, ahora estamos trabajando con una empresa que se dedica a organizar eventos. Vamos a estar participando haciendo 8 huertas en vivo con público constante que se renueva. Lo producido va a ser donado a diferentes comedores. Estamos empleando a cinco personas ahí. Tres con discapacidad y las dos coordinadoras. Esa es otra cosa interesante del programa… No porque seas una persona con discapacidad vas a cobrar más o menos.  La integración es la base del proyecto.

-En una de las últimas notas del blog, un dato estadístico arrojó que el 65% de las personas con discapacidad en Argentina no tiene trabajo y tampoco lo busca. ¿Qué opinás al respecto?
 La vida laboral convencional no está preparada para las personas con discapacidad. Las empresas no están capacitadas para albergarlas. Esa es una falencia del sistema muy grande porque puedo dar fe que hay muchos que están aptos para tareas como, por ejemplo, el oficio de la huerta. Nosotros empleamos a veinte personas con discapacidad que reciben un sueldo por su propio esfuerzo. Lo que brinda este programa es una ayuda a los que normalmente no pueden conseguir un trabajo y por ahí no está en sus facultades mentales obtenerlo. Esta profesión te lo permite.



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