Hoy vi a una niña llorando en bicicleta
yo no podría hacer, las dos cosas a la vez.
Yo no podría – Rodolfo Edwards
En el mundo hay noventa y ocho millones de chicos
trabajando. En Argentina son 760.000.
La Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI) considera trabajo infantil a “toda actividad o estrategia de
supervivencia, remunerada o no, realizada por niños y niñas que no tienen la
edad mínima de admisión al trabajo, o que no han finalizado la escolaridad
obligatoria”. En nuestro país, la ley 26.390 prohíbe que trabajen los menores
de 16 años. En abril de 2013 se promulgó además otra ley, la 26.847, que
penaliza con prisión de uno a cuatro años la utilización de mano de obra infantil.
Con esta nueva norma, por primera vez el trabajo infantil quedó tipificado como
delito y puede ser castigado con la cárcel.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) comenzó a desarrollar en Marzo de este año un proyecto en la Argentina
para luchar contra esta calamidad, llamado “Offside: ¡marcando la cancha!”. El
mismo está patrocinado por una beca de
$2,5 millones de dólares del Departamento de Trabajo de los
Estados Unidos y persigue el objetivo de desarrollar mejores prácticas en la
lucha contra el trabajo infantil, sobre todo en el sector agropecuario, donde
trabaja el 77%.
De todas formas, parece que cada vez menos sectores quedan
exentos: el informe anual del observatorio de la Universidad Católica Argentina
demuestra que el trabajo infantil aumentó en los sectores medio y medio-alto.
“Cuando los adultos no tienen trabajo, los chicos tampoco. Ante la falta de
trabajo informal y changas, en los sectores más pobres el trabajo infantil
bajó. La clase media, en cambio, sale a defender sus recursos con su propia
fuente, o sea, su familia, en lugar de tomar empleados” expresó Ianina Tuñón,
Investigadora Responsable del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia.
Afortunadamente, las prioridades del mundo están cambiando.
Bancos, inversores y consumidores prestan cada vez más atención a la cadena
productiva, buscando tomar decisiones a consciencia y fomentando así la
responsabilidad social.
Además de perpetuar la pobreza, el trabajo infantil afecta
tanto la salud física como psicológica de los chicos, privándolos de
posibilidades y limitando su futuro. Al chico que trabaja, le han arrancado de las manos dos de sus derechos
fundamentales más preciados: el derecho a la educación y el derecho al juego.
El 12 de Junio es el día Mundial contra al Trabajo Infantil. Con los derechos
de los chicos no.
Si conoces algún caso de trabajo infantil, podes ayudar
denunciándolo al CONAETI, llamando al (011) 4310-5814 o enviando un mail a
conaeti@trabajo.gob.ar.
Por Carolina Arriagada para Proyecto Pura Vida.
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