jueves, 29 de noviembre de 2018

Pirotecnia Cero: Respeto, Conciencia e Inclusión


#PirotecniaCero


Y casi en un abrir y cerrar de ojos, una vez más, llegaron las fiestas. Mirás el reloj incansablemente para que no se hagan las doce sin que te des cuenta. ¿Por qué será que sentimos esa magia en el estómago en las vísperas de medianoche? Vas a brindar y a dar y recibir buenos deseos mientras abrazas a tus seres queridos bajo un cielo cubierto de luces y estruendos. ¿Y si ese sentimiento de vísperas de medianoche fuera miedo? Tal vez esos minutos de alegría, en otro lugar, no tan lejano, representa una de las peores épocas del año.

Del uso de la pirotecnia se desprenden tres consecuencias que resultan dañinas para un otro. Por un lado, las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) sufren de manera desmedida debido a su capacidad auditiva incrementada. Por otro lado, en los animales se genera un estrés y sufrimiento similar, pudiéndolos llevar hasta la muerte. Por último, la manipulación de fuegos sin ningún tipo de control o experiencia genera centenares de heridos, y entre ellos, la mayoría son menores.

Las personas con TEA perciben los estruendos como catástrofes, en especial los niños. Las crisis que les genera son difíciles de controlar, pueden llevar a la autolesión y su ambiente personal se ve extremadamente perturbado. Los especialistas aseguran que los fuegos artificiales “desorganizan en exceso a los chicos con TEA” y que “reponerse del estrés puede tardar todo el mes de enero”.

En los animales, sean domésticos o no, se produce algo similar. Los grandes estruendos los alteran de maneras poco predecibles, pueden lastimarse a sí mismos e incluso escaparse de sus hogares. A la vez, el padecimiento que les genera puede llegar a ser letal. Fabian Zanini, médico veterinario rural, dialogó con Proyecto Pura Vida y explicó que: “la situación de alto estrés puede llevar desde un trauma acústico hasta la muerte. Se asustan mucho, tratan de esconderse o pueden volverse agresivos, no porque lo sean, si no por lo que provoca la situación”.
Zanini sostuvo algunos consejos para quienes tengan mascotas en su casa: “es sumamente importante la compañía del dueño. Recomiendo bajar las luces de la habitación, probar música fuerte y no tratar al animal como una víctima, no debe percibir que hay peligro, debe sentirse acompañado”.

La tradición de usar fuegos artificiales para los festejos de fin de año es muy antigua, y justamente por dicha antigüedad, cuesta que nos despeguemos de ella. Es difícil entender por qué algo que cada año repetimos, hoy deba cambiarse. Sin embargo, con el paso del tiempo, son innumerables la cantidad de actitudes, tradiciones, expresiones y formas que cambian. Eso, se llama evolución: respeto, conciencia e inclusión.


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